El Papa León XIV ha visitado las Cúpulas del Observatorio Vaticano en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo

El Papa León XIV ha visitado las Cúpulas del Observatorio Vaticano en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo

Como hace 56 años, para contemplar la luna en recuerdo del primer alunizaje

Millones de telespectadores permanecieron pendientes de sus pantallas en todo el mundo para seguir en directo el alunizaje del módulo espacial Eagle, de la misión Apolo 11. Unas seis horas más tarde, Neil Armstrong pisó la superficie lunar. Fue el primer ser humano en hacerlo. Le siguió Buzz Aldrin diecinueve minutos después. Era el 20 de julio de 1969: una fecha que marcó un hito en la historia de la humanidad.

Cincuenta y seis años después, el domingo 20 de julio, tras el rezo del Ángelus, el Papa León XIV quiso conmemorar aquel acontecimiento observando la luna, precisamente en el punto donde se produjo el alunizaje: el Mar de la Tranquilidad. Lo hizo a través del telescopio visual instalado en una de las cúpulas del quinto piso del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, sede del Observatorio Vaticano. La observación tuvo lugar durante la visita del Pontífice a los telescopios e instalaciones científicas del Observatorio. Así lo informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede a través de su canal en Telegram.

Durante la visita del Papa estuvieron presentes, entre otros, el Dr. Andrea Tamburelli, Director de las Villas Pontificias, y el Padre David Brown, jesuita del Observatorio Vaticano, astrónomo y decano de la Escuela de Verano de Astrofísica, quien explicó el funcionamiento de los telescopios.

Precisamente sobre telescopios versó el tema de la última Escuela de Verano, cuyo lema para este año fue: “Explorar el universo con el telescopio espacial James Webb: los tres primeros años”, en homenaje a los importantes descubrimientos propiciados por este innovador instrumento, en funcionamiento desde 2022. En su decimonovena edición, la Escuela se celebró del 1 al 27 de junio y contó con la participación de veinticuatro jóvenes astrónomos procedentes de veintidós países. Se trata de una cita bienal de gran prestigio en el ámbito de la formación astronómica a nivel internacional.

El Papa León XIV recibió en audiencia, el lunes 16 de junio por la mañana, en la Sala del Consistorio, a los participantes en la Escuela de Verano de Astrofísica. En aquella ocasión recordó las palabras de san Agustín: «No dudéis en compartir el gozo y el asombro nacidos de vuestra contemplación de las “semillas” que, con palabras de san Agustín, Dios ha esparcido en la armonía del universo (cf. De Genesis ad litteram, V, 23, 44-45). Cuanto más gozo compartáis, más gozo generaréis, y así, mediante vuestra búsqueda del conocimiento, cada uno de vosotros podrá contribuir a la construcción de un mundo más justo y pacífico».

El Observatorio Vaticano es uno de los más antiguos del mundo aún en funcionamiento. Las dos cúpulas del Palacio Apostólico albergan instrumentos antiguos y telescopios históricos que siguen siendo plenamente operativos.

En estos históricos espacios se conserva una losa de mármol con la inscripción Deum Creatorem, venite adoremus (Venid, adoremos a Dios Creador), una invitación dirigida a los astrónomos por Pío XI cuando, el 29 de septiembre de 1935, inauguró la nueva sede del Observatorio Vaticano, tras haber ordenado su traslado a Castel Gandolfo. El cambio se hizo necesario debido al incremento de la contaminación lumínica en Roma, que dificultaba a los astrónomos el estudio de las estrellas más débiles.

Las dos cúpulas visitadas por el Papa León XIV son de distintas dimensiones: la mayor, de 8,5 metros de diámetro, está equipada con un telescopio visual, idóneo para la observación de estrellas y planetas. La más pequeña, de 8 metros de diámetro, alberga el Doble Astrográfico, diseñado para captar imágenes del cielo y determinar la posición de los cuerpos celestes.

El Observatorio Vaticano, institución científica dependiente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, se encuentra entre las más prestigiosas y reconocidas del mundo.

El pasado 10 de julio se anunció un hallazgo científico de gran relevancia logrado por dos investigadores del Observatorio Vaticano: el Padre Gabriele Gionti, S.I., y Don Matteo Galaverni. Han demostrado que existen dos formas distintas de describir la gravedad cuando se introduce un campo adicional denominado “campo escalar”. Estos dos enfoques, conocidos como marco de Jordan y marco de Einstein, han sido analizados mediante herramientas matemáticas específicas. Los investigadores demostraron que, aunque parten de formulaciones diferentes, ambas describen la misma realidad física. Además, estos dos puntos de vista podrían permitir el descubrimiento de nuevas soluciones a las ecuaciones de Einstein —las cuales rigen el comportamiento del universo a gran escala—, abriendo así la posibilidad de imaginar escenarios cosmológicos alternativos, pero igualmente válidos desde el punto de vista físico.

La investigación y la contemplación del firmamento conducen al descubrimiento del Creador, como afirma san Agustín en el capítulo 2 del Sermón 241: “A través de las criaturas y del ser humano compuesto se remonta uno a Dios”: «Pregunta a la belleza de la tierra, pregunta a la belleza del mar, pregunta a la belleza del aire difuso. Pregunta a la belleza del cielo, al orden de las estrellas, al sol, que con su fulgor alumbra el día; pregunta a la luna, que con su resplandor modera las tinieblas de la noche. Pregunta a las fieras que se mueven en el agua, que caminan por la tierra, que vuelan por el aire: almas que se ocultan, cuerpos que se manifiestan; lo visible que se deja guiar, lo invisible que guía. ¡Pregúntales! Todos te responderán: “¡Míranos, somos hermosos!”. Su hermosura les hace reconocibles. Esta belleza cambiante… ¿quién la ha creado, sino la Belleza inmutable?».