El Palacio Apostólico de Castel Gandolfo
El Palacio Apostólico abre por primera vez al gran público
El primer Pontífice que pasó sus vacaciones en el palacio fue Urbano VIII, en mayo de 1626. Las crónicas narran que dejó Roma entre salvas de cañón. Fue él quien decidió que las vacaciones papales se llevaran a cabo «en el castillo» y quien otorgó al edificio el título de «Apostólico».
Construido en torno al año 1000 por la familia Gandolfi, fue cedido en el siglo XIII al cardenal Giacomo Savelli, quien en 1285 ascendió al solio de Pedro con el nombre de Honorio IV. En el siglo XVI, la Cámara Apostólica expropió la propiedad a los Savelli debido a importantes deudas. Desde entonces, y salvo el período comprendido entre el final del Estado Pontificio (1870) y la firma de los Pactos de Letrán (1929), pertenece al Vaticano.
Tras los Pactos de Letrán, Pío XI llevó a cabo importantes obras de consolidación y restauración del Palacio Apostólico para adaptarlo a nuevas necesidades, así como la conexión entre los tres jardines del Moro, Villa Cybo y Villa Barberini. En 1934 trasladó desde el Vaticano el Observatorio Astronómico, confiado a los Padres Jesuitas, debido a la creciente contaminación lumínica en la zona. Desde aquí, en 1932, Guglielmo Marconi realizó la primera conexión radiotelefónica por microondas con la Ciudad del Vaticano.

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La Galería
Una exposición que permite comprender cómo fueron los pontificados de los últimos 500 años, desde Julio II hasta Francisco: cuadros, ornamentos litúrgicos de diversas épocas y uniformes de la guardia palatina se exhiben en salas que permanecieron cerradas durante siglos.

El Apartamento Privado
Una visita a los Castillos Romanos no estaría completa sin una parada en la pintoresca Piazza della Libertà de Castel Gandolfo, donde el solemne Palacio Apostólico abre por primera vez al gran público el Apartamento Privado del Pontífice.