La instalación de los tapices de Rafael Sanzio en la Capilla Sixtina

Tras las importantes intervenciones decorativas promovidas por los Papas de la familia Della Rovere —Sixto IV (1471-1484), quien encargó los frescos de las paredes a los más destacados artistas del Quattrocento, y Julio II (1503-1513), quien confió a Miguel Ángel la célebre bóveda— también el Papa León X de Médici (1513-1521) quiso contribuir al esplendor de la Capilla Sixtina. Su intervención completó el significado religioso de este lugar, uno de los más importantes de la Cristiandad.

En 1515, León X —hombre de refinada cultura y gran amante de las artes— encargó a Rafael Sanzio la realización de los cartones preparatorios para una serie de tapices destinados a decorar la parte inferior de las paredes de la Capilla Sixtina, que por entonces estaban simplemente pintadas con cortinajes fingidos y escudos papales.

El historiador Giorgio Vasari relata que el Papa deseaba tapices suntuosos, tejidos en oro y seda, y que Rafael pintó personalmente los cartones a tamaño natural, los cuales fueron luego enviados a Flandes para ser transformados en tapices.

Entre 1515 y 1516, Rafael concibió un grandioso ciclo pictórico sobre papel, con escenas de la vida de San Pedro y San Pablo, que su taller —integrado por artistas como Giulio Romano, Giovan Francesco Penni y Giovanni da Udine— convirtió en cartones para el telar.

En 1517, el canónigo Antonio de Beatis cuenta en su diario que visitó el taller del tejedor Pieter van Aelst en Bruselas, donde pudo contemplar la elaboración de los tapices ricamente adornados con hilos de oro. Le impresionó especialmente la escena de la Entrega de las llaves a San Pedro, que juzgó como una de las más bellas jamás vistas.

Los diez tapices, junto con dos frisos decorativos que representaban las Horas y las Estaciones, llegaron al Vaticano antes de 1521. Los siete primeros fueron ya expuestos el 26 de diciembre de 1519, durante la Misa de la fiesta litúrgica de San Esteban, suscitando gran admiración, según se recoge en el diario del Maestro de Ceremonias Paride de Grassi.

En la actualidad, estos tapices se exponen habitualmente en la Pinacoteca Vaticana. Sin embargo, la falta de documentación precisa ha dificultado la reconstrucción exacta tanto del número original de los tapices como de su disposición.

Con ocasión de las celebraciones por el quinto centenario de la muerte de Rafael Sanzio, se promovió nuevamente la instalación de los tapices en la Capilla Sixtina, de nuevo engalanada con las preciosas piezas de los Hechos de los Apóstoles, bajo los frescos realizados por encargo de Sixto IV por los más renombrados artistas del Quattrocento, con las Historias de Moisés y de la Vida de Cristo.

En tiempos recientes, los tapices han vuelto a la Capilla Sixtina solo en dos ocasiones, cada una con un criterio expositivo diferente. La primera fue en 1983, con motivo de las celebraciones por el quinto centenario del nacimiento de Rafael; la segunda tuvo lugar en 2010, con ocasión de la exposición “Raphael. Cartoons and Tapestries for the Sistine Chapel”, celebrada en el Victoria and Albert Museum de Londres, en la que se compararon los modelos de Rafael con algunos de los tapices.