En Castel Gandolfo, el Papa León XIV presidió la concelebración eucarística con motivo de la solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María
En María, nuestro destino
«Cuando en esta vida “elegimos la vida” (cf. Dt 30,19), entonces en María, asunta al Cielo, tenemos razón para contemplar nuestro destino. Ella nos es dada como signo de que la Resurrección de Jesús no fue un hecho aislado, una excepción. Todos, en Cristo, podemos vencer la muerte (cf. 1 Cor 15,54)».
Con estas palabras se expresó el Papa León XIV durante la concelebración eucarística en la Parroquia Pontificia de San Tomás de Villanueva (Castel Gandolfo), en la mañana del viernes 15 de agosto, solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María.
La comunidad se congregó numerosa en torno a la iglesia de San Tomás de Villanueva: más de dos mil personas se habían reunido desde las primeras luces del alba en la plaza de la Libertad, donde se había instalado un sistema de audio y vídeo para que todos pudieran seguir la celebración y escuchar las palabras del Pontífice.
Al término de la Misa, la parroquia quiso ofrecer al Papa un obsequio simbólico: una reproducción del cuadro que representa a San Tomás de Villanueva, colocado en el altar lateral derecho de la iglesia.
Tras la celebración, el Papa salió al atrio para saludar a los fieles presentes, agradeciendo con calidez el afecto manifestado. Poco después regresó a la residencia del Palacio Apostólico para la recitación del Ángelus, en el que evocó las palabras de Dante Alighieri, recordando la invocación final dirigida a la Virgen en el canto conclusivo del Paraíso, puesta en labios de san Bernardo.
A la concelebración asistieron, entre otros, el Director de las Villas Pontificias, Dr. Andrea Tamburelli, y el padre Gabriele Gionti, Vicedirector de la Specola Vaticana.
El Papa León XIV había llegado a las Villas Pontificias de Castel Gandolfo en la tarde del miércoles 13 de agosto, acogido, entre otros, por la Presidente de la Gobernación, Sor Raffaella Petrini, por el Director Dr. Andrea Tamburelli y por los empleados de la Dirección de las Villas Pontificias.
