
Entrevista al Dr. Andrea Tamburelli, Director de las Villas Pontificias
Por vocación y por estatuto, al servicio del Papa
Un trabajo en equipo que ha involucrado, en primer lugar, a la Dirección de las Villas Pontificias y a todas las Direcciones de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. Todos han dado lo mejor de sí para ofrecer al Papa León XIV un periodo de descanso sereno en la Villa Barberini de Castel Gandolfo. Así lo explica en esta entrevista concedida a www.vaticanstate.va el Dr. Andrea Tamburelli, Director de la Dirección de las Villas Pontificias.
Desde el pasado 6 de julio, el Papa León XIV está disfrutando de un tiempo de descanso en las Villas Pontificias. ¿Cómo ha cambiado vuestra actividad cotidiana con su presencia?
Nuestra actividad diaria ha cambiado por completo. El departamento más implicado ha sido, sin duda, el de la “Florería”, que por su naturaleza tiene la tarea de asistir a los Pontífices durante sus estancias y compromisos institucionales. También los departamentos técnicos han estado intensamente involucrados, tanto para garantizar la disponibilidad ante posibles incidencias hidráulicas o eléctricas, como para resolver los pequeños problemas que pueden surgir a diario.
Un reconocimiento especial merece el equipo de jardinería, que se ha encargado con gran esmero de acondicionar las zonas verdes, haciéndolas acogedoras y agradables para los paseos del Santo Padre.
Ciertamente han aumentado las horas de trabajo, pero todo se ha realizado con alegría y con una sonrisa, felices por la tan esperada presencia del Papa León XIV en las residencias apostólicas.
Durante su estancia, el Papa ha seguido cumpliendo compromisos institucionales. ¿Qué papel habéis desempeñado desde el punto de vista logístico en estos actos?
Nuestra principal misión, siguiendo las indicaciones del Regente de la Prefectura de la Casa Pontificia, Monseñor Leonardo Sapienza, consiste en preparar adecuadamente las salas y los espacios donde el Santo Padre recibe a sus huéspedes.
Además, nos encargamos de acompañar y acomodar a los invitados en las estancias tanto del Palacio Apostólico como del Palacio Barberini.
También asumimos la logística relacionada con los actos públicos: desde colocar las vallas frente al Palacio Apostólico antes del Ángelus hasta disponer las sillas y los reclinatorios en las iglesias donde el Santo Padre celebra la Santa Misa.
¿Qué trabajos se realizaron para acoger al Papa en la Villa Barberini?
Esta pregunta me permite destacar cómo toda la Gobernación se ha activado con gran eficacia y eficiencia para que los apartamentos donde actualmente se aloja el Pontífice resulten acogedores y funcionales.
El Santo Padre comunicó a la Presidenta de la Gobernación su deseo de hospedarse en los apartamentos del Palacio Barberini. Tras esta decisión, se me confió la coordinación de todos los equipos de las distintas Direcciones del Estado de la Ciudad del Vaticano implicadas en las tareas necesarias para modernizar los espacios y adaptarlos a las necesidades del Papa León XIV.
Prefiero no citar individualmente a las Direcciones implicadas para no cometer ninguna omisión injusta, pero puedo afirmar que la respuesta fue extraordinaria. Hemos demostrado ser un cuerpo unido y bien coordinado, bajo la dirección firme y cercana de los Órganos de Gobierno.
Hubo momentos en que la actividad fue frenética y coordinar a los distintos equipos no fue fácil, pero consideramos que hemos alcanzado plenamente los objetivos propuestos.
Permítaseme agradecer tanto a quienes trabajaron aquí como a quienes ofrecieron su apoyo desde Roma. En los ojos de cada una de las personas que llegaban cada mañana desde la Urbe —en algunos días fueron más de treinta—, podía leerse la dedicación, el compromiso y, sobre todo, la alegría de poner su labor al servicio de nuestro querido Papa León XIV.
¿Qué significa para las Villas Pontificias colaborar, con sus estructuras y espacios, en la misión institucional del Pontífice?
Significa, ante todo, crear las condiciones para que los colegas de otras Direcciones puedan desempeñar su labor en las mejores condiciones posibles.
Esta actividad se concreta, por ejemplo, en adecuar sus alojamientos y espacios de trabajo. Me refiero, en particular, a la renovación integral del cuartel de la Guardia Suiza dentro del Palacio Apostólico, a la mejora de la sede de la Gendarmería, y a la habilitación de espacios destinados al personal médico, de enfermería y sociosanitario que ha estado disponible para asistir al Santo Padre, y también a todos nosotros, en caso de necesidad.
Debo decir que, gracias a todo ello, durante estos días nos hemos sentido más protegidos y seguros.
¿Qué balance hace de estos días en que el Papa ha sido huésped de las Villas Pontificias?
El balance es absolutamente positivo. En primer lugar, hemos recuperado el papel esencial que la Dirección de las Villas Pontificias ha desempeñado durante los últimos cien años: acompañar a los Pontífices durante sus periodos de descanso.
Además, tras algunos años en los que nos habíamos dedicado a otras tareas, principalmente al mantenimiento y cuidado de los palacios, de las zonas verdes y de los servicios necesarios, hemos vuelto a consagrarnos plenamente al servicio del Santo Padre.
Y puedo decir, con un legítimo orgullo, que todo mi equipo ha respondido con brillantez y eficacia, como si no hubiera pasado un solo día desde que, en 2013, un Pontífice se alojara por última vez aquí en Castel Gandolfo.