
Entrevista al Padre Richard D’Souza, nuevo Director de la Specola Vaticana
No solo ciencia, sino también investigación al servicio de la Iglesia
El Papa León XIV nombró, en la mañana del jueves 31 de julio, con ocasión de la memoria litúrgica de san Ignacio de Loyola, al nuevo Director de la Specola Vaticana. Se trata del Padre Richard Anthony D’Souza, S.I., quien ya prestaba servicio en la Specola como astrónomo. Asumirá el cargo el próximo 19 de septiembre. .
Según el artículo 19 del Título V de la Ley sobre el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano del 25 de noviembre de 2018, entre los Organismos científicos que dependen de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, se menciona la Specola Vaticana. Se la define como un Organismo científico que opera en el ámbito de la investigación astronómica, cuya autonomía está regulada por un Reglamento específico. En esta entrevista concedida a www.vaticanstate.va el nuevo Director repasa las etapas de su formación, la misión de la Specola Vaticana y los proyectos para el futuro próximo.
¿Cómo acogió su nombramiento como Director por parte del Papa León XIV?
Me siento profundamente honrado de haber sido nombrado por el Papa León XIV como próximo Director de la Specola Vaticana. Por un lado, soy consciente de los numerosos jesuitas de gran talla que han desempeñado este cargo en el pasado y que han allanado el camino para el éxito de la Specola en la actualidad: realmente estoy a hombros de gigantes. Por otro lado, comprendo la gran responsabilidad que se me ha confiado al asumir la dirección de la Specola Vaticana en este momento crucial, para que siga sirviendo al Papa y a la Iglesia universal, promoviendo el diálogo entre la fe y la ciencia a través de una sólida investigación científica.
¿Cómo concilia su pertenencia a la Compañía de Jesús con su labor como astrónomo?
La Compañía de Jesús cuenta con una larga tradición de jesuitas dedicados a las ciencias. Basta con pensar en Cristóbal Clavio, Atanasio Kircher, Roger Boscovich, Angelo Secchi y tantos otros jesuitas que contribuyeron de forma notable a la astronomía. La espiritualidad ignaciana, que es profundamente encarnada, nos anima a “encontrar a Dios en todas las cosas”. Nuestro fundador, san Ignacio de Loyola, experimentó personalmente una gran consolación al contemplar el cielo estrellado, y nos exhortó a descubrir cómo Dios actúa y trabaja para nosotros en su creación. Los frutos de nuestra investigación astronómica pueden convertirse en una forma de alabanza a Dios al maravillarnos ante su obra creadora. Además, nuestro contacto con colegas científicos nos permite estar presentes pastoralmente en su realidad, y constituye un signo visible de que la Iglesia está viva y presente en las fronteras del saber.
¿Cómo se inserta la investigación astronómica de la Specola Vaticana en el contexto más amplio de la investigación científica internacional?
Desde su fundación, la Specola Vaticana ha estado involucrada en colaboraciones científicas internacionales. Uno de los primeros proyectos en los que participó fue el de la Carte du Ciel: un ambicioso plan destinado a cartografiar el cielo entero, que implicaba a más de una docena de observatorios repartidos por todo el mundo. Fue la primera gran colaboración científica internacional concebida hasta entonces.
Hoy en día, la Specola Vaticana desarrolla una amplia variedad de investigaciones astronómicas: desde el estudio de meteoritos, objetos cercanos a la Tierra, planetas, sistemas planetarios extrasolares, estrellas y estructuras estelares, hasta galaxias, cosmología, gravedad cuántica y el Big Bang. Tras la publicación de Laudato si’, la Specola ha iniciado también investigaciones en los campos de la meteorología y del clima, gracias a la reciente incorporación del Padre Bayu Risanto S.I. Cada uno de los miembros de la Specola se inserta en un ámbito de investigación específico, colaborando con colegas especializados en ese campo. De este modo, la Specola mantiene un diálogo constante con un amplio espectro de científicos.
La Specola cuenta además con una segunda sede en Tucson, Arizona, lo que le permite estar plenamente integrada en la comunidad astronómica de Estados Unidos. Organiza con regularidad congresos de gran relevancia en Roma o en Castel Gandolfo, y colabora con la Pontificia Academia de las Ciencias. En particular, las Conferencias Lemaitre, organizadas por el Padre Gabriele Gionti S.I., han sido muy elogiadas por su profundidad y por atraer a científicos de renombre, incluidos premios Nobel.
Aunque la Specola mantiene relaciones habituales con numerosos centros de investigación del mundo entero, también se encuentra en una posición privilegiada para emprender proyectos de investigación a largo plazo, que difícilmente serían posibles dentro de los marcos actuales de financiación, limitados en el tiempo.
Además, nuestros miembros prestan regularmente servicio a la comunidad científica internacional, ocupando cargos relevantes en la Unión Astronómica Internacional y en la Sociedad Meteórica. Un buen ejemplo de ello es el Hermano Guy Consolmagno S.I., que actualmente preside la Meteoritical Society.
Aunque la Specola Vaticana, con su acceso limitado a la financiación, no puede competir con los recursos de otros observatorios financiados por el Estado, continúa dando lo mejor de sí en términos de influencia y calidad en la investigación astronómica. Representa simbólicamente que “la Iglesia no se opone a la ciencia verdadera y sólida, sino que la abraza y la fomenta con la mayor dedicación posible” (Ut mysticam, Motu Proprio de León XIII en 1891, al refundar la actual Specola Vaticana).
¿Cuáles son los retos y las oportunidades que la Specola Vaticana debe afrontar en el campo de la astronomía contemporánea?
El mundo de la investigación astronómica ha cambiado radicalmente en los últimos cuarenta años. Hoy en día, las fronteras de la astronomía se exploran habitualmente mediante:
- a) telescopios cada vez más grandes,
- b) instrumentos que cuestan millones de euros y que se financian conjuntamente entre diversos países,
- c) colaboraciones que agrupan a cientos de científicos.
La independencia estratégica de la Specola Vaticana no le otorga un acceso automático a los proyectos, instrumentos y datos financiados por agencias de investigación europeas o estadounidenses. No obstante, nuestros miembros, gracias a su capital intelectual y a su espíritu colaborativo, han sido regularmente invitados a participar en estos proyectos internacionales.
El reto para el futuro es ayudar a nuestros científicos a integrarse en tales proyectos para que puedan seguir contribuyendo de manera significativa a la escena internacional. Por otra parte, la Specola, gracias a su independencia, puede emprender investigaciones que ponen a prueba o cuestionan paradigmas establecidos, o bien desarrollar una ciencia que difícilmente podría financiarse en otros contextos.
En los próximos años, la Specola tendrá que encontrar un equilibrio entre los beneficios derivados de su autonomía y su capacidad para colaborar con proyectos internacionales de mayor envergadura.
¿Cuál es el papel de la Specola Vaticana en la promoción del diálogo entre ciencia y fe?
El trabajo de investigación científica de la Specola contribuye constantemente a demostrar que ciencia y fe pueden caminar de la mano. En los años ochenta, san Juan Pablo II encomendó oficialmente al Observatorio la misión de promover el diálogo entre ciencia y fe en las universidades católicas de todo el mundo. De esa iniciativa surgió una serie de seminarios sobre “la acción divina en el Universo”, organizados en colaboración con el Centro de Teología y Ciencias Naturales (CTNS).
A nivel académico, nuestros miembros siguen participando activamente en diversos esfuerzos destinados a fomentar el diálogo entre ciencia y fe, a través de artículos, seminarios y encuentros. Por otra parte, gran parte de nuestra labor se dedica también a la formación educativa de la Iglesia, mediante cursos y seminarios —presenciales y en línea— para que fe y ciencia avancen juntas.
¿Cómo contribuye la Specola Vaticana a la divulgación científica y a la formación de nuevas generaciones de científicos?
Desde los años ochenta, la Specola Vaticana organiza una prestigiosa escuela de verano bienal de un mes de duración, dirigida a jóvenes estudiantes de astronomía de todo el mundo, con especial atención a aquellos procedentes de países en vías de desarrollo, con el fin de apoyar sus trayectorias académicas.
Estas escuelas siguen siendo un acontecimiento inolvidable en la vida de todos nuestros alumnos. Hoy en día, la red de antiguos estudiantes de estas escuelas se extiende por todo el mundo y muchos de ellos ocupan puestos académicos de prestigio, lo cual genera un gran reconocimiento tanto para la Specola como para la Iglesia.
No solo se ha replicado el modelo de estas escuelas en otras instituciones, sino que hoy asistimos con satisfacción al fenómeno de antiguos alumnos exitosos que regresan como profesores y tutores, transmitiendo así a la siguiente generación aquello que recibieron con tanta generosidad en su momento.
Sobre todo, las escuelas de verano no solo buscan formar a los mejores en su campo, sino que también ayudan a los estudiantes a enfocarse en las relaciones humanas y en la creación de redes de colaboración.
¿Cuáles son las cualidades y competencias necesarias para trabajar en la Specola Vaticana?
Desde la década de 1930, la Compañía de Jesús ha asumido la responsabilidad de formar y proveer de personal a la Specola Vaticana. La mayor parte del equipo jesuita está compuesto por investigadores apasionados por la comprensión del universo, que desarrollan investigaciones astronómicas.
Contamos también con jesuitas dedicados a la administración y a la recaudación de fondos, aspectos fundamentales para facilitar la labor científica de los demás miembros. Algunos están interesados en la historia de la ciencia y la astronomía, así como en las labores de divulgación, esenciales para dar a conocer al gran público la misión de la Specola.
Además del personal laico administrativo que apoya nuestro trabajo en Castel Gandolfo, contamos con varios colaboradores que dan soporte al telescopio situado en el Monte Graham, en Tucson (Arizona).
Junto al equipo científico permanente de la Specola, disponemos de un grupo de académicos afiliados al Vatican Observatory, que colaboran con nosotros en distintas tareas y amplían el alcance de nuestras actividades.
Las dos cualidades esenciales para trabajar en la Specola son: la pasión por las ciencias y la capacidad de colaborar bien con los demás. Gran parte del éxito de la Specola se debe a la rica red de relaciones y amistades que hemos construido y mantenido a lo largo de los años. En muchos aspectos, una persona llamada a trabajar en la Specola debe ser seria y discreta, ya que representa constantemente a la Iglesia y al Vaticano en el ámbito científico internacional.